Turismo ornitológico: el placer de observar a las aves

Observatorio de aves en la laguna de Vixán, en Corrubedo (Ribeira, A Coruña).

Seguramente entre vuestras motivaciones para hacer un viaje o elegir un lugar donde pasar las vacaciones se cuenten las visitas culturales que realizar, la posibilidad de hacer caminatas por el monte, deportes acuáticos, andar en bicicleta o esquiar. Pero ¿ir a ver pájaros?

Los británicos lo hacen. Y los belgas, los alemanes y los franceses. Y los estadounidenses también. Quiero decir que en sus países la observación e identificación de aves es una motivación específica para hacer turismo y, además, no suele ir acompañada de otras actividades culturales o de ocio.

En España estamos muy lejos de movernos siguiendo el vuelo de los pájaros, pero cada vez son más las personas que se acercan a los espacios naturales protegidos buscando algo más que el descanso o el disfrute de un paisaje bonito. De ahí que el turismo ornitológico comience a popularizarse.

Se trata, en general, de recuperar el conocimiento de la naturaleza a través de la observación de las aves, de sus costumbres y de sus hábitats. Porque para la mayoría de nosotros, que vamos por la vida sin reparar en otros seres que los de nuestra propia especie, la naturaleza es una asignatura desconocida.

Ahora que ya tenemos la motivación, ¿cuáles son los mejores lugares para la observación de aves? Galicia, sin duda, es un lugar perfecto por su situación geográfica y su enorme variedad de hábitats.

Cormorán en la desembocadura del río Ulla.

Los expertos han señalado en Galicia hasta 61 áreas —catorce de ellas son Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA)— capaces de satisfacer las expectativas de cualquiera, desde el público más especializado hasta los turistas ornitológicos ocasionales.

En mi opinión, no hay un lugar mejor que otro, sino que cada uno tiene sus peculiaridades y, por lo tanto, su elección depende en gran medida del tipo de hábitat o de ave que prefiramos, pues se pueden observar especies residentes, pero también invernantes y aves de paso según la época del año y el lugar en el que nos encontremos. A mí, concretamente, me maravilla la observación del vuelo de los aguiluchos y los buitres en la alta montaña.

Toda la costa de Galicia, por ejemplo, es una sucesión de lagunas litorales, estuarios y marismas, playas y acantilados, ambientes que acogen a más de un centenar de aves acuáticas, como el ánade real, la garza real o el zarapito real. Algunos de estos espacios son el Complejo Dunar de Corrubedo e Lagoas de Carregal e de Vixán, el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Cíes, la Ría de Ortigueira, o A Costa da Morte. Por la fachada atlántica, además, discurre la ruta migratoria de las aves del Norte de Europa, como el alcatraz.

Estuario del Miño, en A Guarda.

En el interior de Galicia, humedales como los de la Terra Chá y varios embalses son el hábitat común de patos, limícolas y los llamados paseriformes palustres (pajarillos en general). Pero también el paisaje de prados y cultivos, pequeños bosques y matorrales —A Limia, Terra de Melide o Verín— es un ecosistema con diversidad de pequeñas aves. Y, por supuesto, los cañones y valles fluviales —los del Sil y el Miño, en A Ribeira Sacra, o el del Bibei, en Manzaneda— y todas las áreas montañosas en las que habitan principalmente aves de rapiña (aguilucho pardo, aguilucho cenizo, águila culebrera y buitres), picos y paseriformes. Pena Trevinca, la Serra da Enciña da Lastra, la Serra do Xurés y Os Ancares-O Caurel son algunos de estos lugares.

Sea el que sea el destino elegido, respetad el entorno y las áreas de cría, utilizando los accesos previstos y las casetas de observación para no molestar a las aves. Lo más recomendable, contar con un guía que os ayudará a detectar las aves y os explicará su comportamiento. En los Centros de Recepción de Visitantes o Aulas de Naturaleza que encontraréis en muchos de estos espacios naturales obtendréis toda la información necesaria para la actividad.

Con todo, será una experiencia más allá del ocio, que os proporcionará un contacto muy diferente y muy enriquecedor con el espacio natural que nos rodea.

 

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Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua. Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones. Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.

Hay 1 comentario

  1. Gracias Edurne por este artículo.

    Espero que este artículo anime a más y más gente a «utilizar» la disculpa de las aves para dar paseos por el campo y descubrir el universo natural.

    En Simbiose organizamos rutas en espacios naturales y para la observación de aves. Grupos de amigos, compañeros de trabajo, familias o simplemente personas que deseen una ruta particular y privada.

    Nos podeis contactar a través de http://www.simbiose.es

    Por cierto, uno de los sitios que más nos gusta es el Complejo Intermareal Umia-O Grove, para nosotros una de las mejores para ver aves de Galicia.

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