Por el Camino de los Faros de A Costa da Morte

Faro de Cabo Vilán (Camariñas).

¿Sabías que es posible caminar desde Malpica hasta Fisterra sin perder de vista el mar? Tres trasnos (duendes galaicos) lo han hecho varias veces, y han diseñado el Camino de los Faros en su propia página web, Guía da Costa da Morte. Se llaman Traski, Xiña y Nemiño, y acompañan a los senderistas en esta ruta de 203,5 kilómetros al borde del mar por el tramo del litoral gallego conocido como A Costa da Morte.

Decir que los acompañan es una forma de hablar, porque los amantes del senderismo se adentran en el Camino de los Faros sin más guía que el propio sendero, por caminos que los lugareños transitaron durante generaciones y que hoy en día todavía se encuentran en buen estado, acaso algunos tramos un poco desdibujados por la maleza. Ni los más atentos se percatarán de la presencia de los trasnos, pero estos simpáticos y traviesos seres que conocen al dedillo los recodos de la costa, trotan por los acantilados más escarpados y descansan en las playas más recogidas, inspirarán los pasos de los excursionistas y velarán por ellos.

Cementerio de los Ingleses (Camariñas).

A Nemiño le gusta rular, siempre quiere andar de un lado a otro. Sube las montañas, nada mar adentro… Nemiño no para quieto y recorre todos los caminos da Costa da Morte. También le gusta mucho la piedra, toda la piedra. Cuando encuentra cualquier cosa de piedra se queda como alucinado y nos empieza a contar desde cuándo esa piedra está ahí, lo que significa… y nos da un poco el rollo. (Traski, en Guía da Costa da Morte).

Faro de Laxe.

El Camino de los Faros —la ruta puede descargarse en Wikiloc y en Google Earth— es una propuesta de turismo en la naturaleza que promueve y divulga un grupo de aficionados al senderismo con el afán de dar a conocer la riqueza paisajística y cultural de A Costa da Morte. Ellos mismos la han testado, enlazando rutas ya existentes de un lugar y de otro, hasta lograr unir los faros de los dos extremos de A Costa da Morte, el del puerto de Malpica, y el de Cabo Fisterra.

Trabajan ahora para corregir algunas deficiencias y hacerla más segura para los senderistas, pero ya han diseñado las nueve etapas diarias en las que se puede culminar el recorrido. Salvo dos lugares —Niñóns y Arou, donde el caminante debe dormir a cielo raso o en su tienda de campaña—, los finales de etapa coinciden con una población con todo tipo de servicios.

Playa do Trece (Camariñas).

Sin perder de vista el mar, y con la meta en Fisterra, es innegable que el Camino de los Faros es un deleite debido a la belleza del paisaje, las playas y los acantilados de esta abrupta costa y los conjuntos rocosos que la erosión del viento y la sal talla caprichosamente. Algunos de los espacios naturales por los que atraviesa, como las dunas del Monte Branco y la desembocadura del río Anllón, de gran importancia ornitológica, son sobrecogedores.

Pero el Camino de los Faros trasciende la naturaleza. Leyendas, creencias ancestrales y fervor religioso nos saldrán al paso en lugares como el santuario de Nosa Señora da Barca (Muxía), la ermita del cabo de San Adrián (Malpica), o la capilla de Nosa Señora do Faro (Campara-Ponteceso), donde se celebran concurridas romerías. Incluso haremos también un alto para admirar vestigios de los primeros pobladores de Galicia, como los petroglifos de Corme y el castro de A Cibdà y el dolmen de Dombate, en Cabana de Bergantiños.

Arou (Camariñas).

El Camino de los Faros es único porque en un espacio no demasiado amplio reúne una inmensa variedad de elementos testimoniales de la cultura de A Costa da Morte desde tiempos remotos. El cruceiro de resonancias paganas de la Pedra da Serpe (Gondomil-Corme), los hórreos, las casetas de pescadores, iglesias, fuentes, las propias villas marineras y las pequeñas aldeas del camino, junto con los ocho faros de A Costa da Morte (Malpica, Punta Nariga, Roncudo, Laxe, Cabo Vilán, Muxía, Touriñán y Fisterra) son algunos de los hitos de una sorprendente y entretenida ruta en la que el caminante quedará atrapado por la magia de A Costa da Morte.

Llegamos a Niñóns con las últimas luces del día y decidimos que lo mejor que podíamos hacer era descansar. Para ser la primera etapa habíamos andado casi 22 Km y mañana nos esperaban otros tantos. Nuestros amigos también estaban bastante cansados, se dieron un pequeño paseo por la playa, buscaron un sitio donde montar la tienda y, en menos de media hora, ya estaban durmiendo.

Nosotros nos pusimos cerca de ellos, debajo de un pino. Hicimos una pequeña cama entre el arume, que es donde más nos gusta dormir, y allí comentamos lo divertido que había sido el día, cuantas cosas vimos y cuntas nos quedaban por ver.

También hablamos de lo bueno que sería que tú participases en nuestra aventura. Nosotros conocemos muchos de los sitios donde se siente la magia de esta tierra pero tú seguro que conoces alguno más. Los trasnos vivimos una Costa da Morte, pero tú vives otra… Pensando en todo eso, nos quedamos dormidos con el ruido del viento y el queixume dos pinos. (Traski, en Guía da Costa da Morte).

Ver O Camiño dos Faros en un mapa más grande

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Edurne Baines

Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua. Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones. Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.

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